Gonzalo Hidalgo Bayal se licenció en Filología Románica y en Ciencias de la Imagen por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace muchos años, ha
combinado su trabajo como profesor, en un instituto de enseñanza secundaria en Plasencia, con su carrera literaria. Hoy, está jubilado y sigue siendo un gran
escritor, poeta, ensayista y filólogo español.
Ha publicado poesía como ‘Certidumbre de invierno’ y ‘El cerco oblicuo Calambur’, tambien varias novelas; de entre ellas destacaron inicialmente: ‘Mísera’ fue, señora,
la osadía, apoyada en el género negro; y ‘Amad a la dama’, donde reescribe un texto cervantino. Por otro lado, ‘La princesa y la muerte’ recoge microcuentos;
y ‘Conversación’ reúne cinco relatos, bien monólogos, bien confidenciales.
En 2004, publicó ‘Paradoja del interventor’, una novela de atmósfera enrarecida, que puede verse como originalmente kafkiana. Destaca además la muy
extensa y totalizadora ‘El espíritu áspero’, 2009; tiene un carácter más nostálgico y explora de forma brillante y natural el lenguaje, aplicando sus conocimientos de
latinista con ironía e intensidad.
Son muy recientes dos libros ‘Conversación’ (libro de cuentos resaltado por la crítica) y ‘Caracteres’, ambos de 2011.
En noviembre de 2013 salió otra novela ‘La sed de sal’ que narra la aventura de un hombre, Travel, que viaja a Murania (un topónimo del autor) buscando las
huellas de un hispanista que había recorrido la región en los años treinta; se ve arrestado al vincularle con la oscura desaparición de una chica. Es una rara
novela policiaca; con una prosa clara y densa, propia del autor, habla de la fatalidad, el sentimiento de culpa, la incertidumbre.
Hidalgo Bayal es un gran especialista de Rafael Sánchez Ferlosio, no sólo por haber escrito ‘Camino de Jotán’. ‘La razón narrativa de Ferlosio’,
publicada en 1994, sino por otras publicaciones e intervenciones sobre el escritor, con quien ha recorrido a menudo Extremadura y el Portugal
más cercano a la ciudad de Coria.
Además, no hay que olvidar varias de sus prosas y diferentes ensayos, incluyendo su prólogo a ‘La metamorfosis de Kafka’, autor que en
algún momento se vislumbra en sus páginas.